miércoles, 29 de abril de 2015

La reivindicación de mi niña interior

El jueves, 16 de abril, no pude ir a clase de Fundamentos de la educación artística, plástica y visual porque me coincidía el horario con otra asignatura (sí, está todo muy bien organizado…véase mi ironía) de la cual tenía examen ese día. Aun así, la tarea que estaba propuesta para ese día era especialmente bonita como para dejarla pasar sin más.

La actividad consistía en llevar una foto de nosotras de pequeñas, tenerla cerca durante la semana y ese día coser en una tela una frase que le dedicaríamos a nuestra niña interior. Me encanta el tema de “nuestra niña interior” porque esa niña interior es tan real y tan bonita dentro de cada una que me siento hasta mal cuando me doy cuenta de que está muy olvidada muchas veces. Yo tengo muchísima conexión con mi niña interior, tiene mucha fuerza y toma posesión de mi cuerpo muy a menudo: con mis pataletas, con mis llantos por cosas tontas, con mis caprichos, mi necesidad de mimos muy frecuentemente, etc.

Yo creo que en parte la dejo salir, dejo que tome el aire de vez en cuando, porque la quiero mucho y creo que la castigo bastante a menudo. Y eso, no es justo. La quiero porque si no fuera por ella quizá no podría ir por la vida con una sonrisa después de muchos palos, porque sin ella a lo mejor viviría amargada, porque si no fuera por ella pensaría mal de todo el mundo y desconfiaría aún más. La quiero porque me ayuda a ver el lado bonito de la vida y a llevar un poco mejor el peso lado malo de las cosas que pasan.


No he tenido tiempo para coser la frase en la tela pero si me ha apetecido reflejarlo aquí y compartir mi fotito con vosotros. La frase que me gustaría haber podido coser y que le diría a mi niña pequeña sería la siguiente: “No dejes que el mundo te borre la sonrisa”. Y por otro lado, le recordaría a mi peque-yo interior que siempre la voy a defender y a cuidar, y que aunque parezca que a veces la reprimo, la quiero muchísimo.




Imagen: Alba Gutiérrez Cortés


"Todos (insisto, todos) tenemos algo dentro que nos gustaría no perder nunca, aunque se corrompa un poco con el paso del tiempo. Para mí, la melancolía es como un domingo de verano en la infancia. Para otros, supongo, será como un lunes de invierno en la edad adulta."

Ana Basave 

No hay comentarios:

Publicar un comentario