jueves, 30 de abril de 2015

"Yo creo, sí creo... ¡YO CREO EN LAS HADAS!"

Un cuento de hadas es una historia ficticia cuyos personajes son hadas, duendes, elfos, brujas, sirenas, troles, gigantes y animales que hablan. Estos cuentos, además incluyen encantamientos. Por ello, existen expresiones tales como «un final de cuento de hadas» —un final feliz— o «un romance de cuento de hadas», aunque no todas las narraciones de esta clase terminan con un final feliz. Generalmente, este tipo de relatos suele atraer a los niños pequeños. Los cuentos de hadas se relacionan con el género de las leyendas, en el que el contexto es percibido, tanto por el narrador como por los oyentes, como si se tratara de una realidad histórica.

Los cuentos de hadas se encuentran de forma oral o literaria. Resulta muy difícil intentar detallar con exactitud su desarrollo histórico, puesto que sólo las formas escritas han sido capaces de sobrevivir con el paso del tiempo. No obstante, la evidencia escrita al menos da una indicación de que los cuentos de hadas han existido durante miles de años, aunque tal vez no reconocidos desde un principio como un género propiamente dicho. En la actualidad, se siguen redactando cuentos de hadas y obras derivadas del mismo género.


https://www.google.es/searchq=cuentos+de+hadas&espv=2&biw=1680&bih=
949&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ei=
y1xCVeK8I_Cy7QaIi4DIBg&ved=0CAYQ_AUoAQ&dpr=1#imgrc=7x08Sk5yfnbiUM%253A%



Personalmente, quiero decir que me gustan mucho este tipo de cuentos porque cuentan unas historias muy bonitas, mostrando, casi siempre, una vida muy feliz donde nunca o casi nunca hay problemas. Sin embargo, en la vida real hay demasiados problemas a los que enfrentarse; que, por un lado, te ayudan a ser fuerte y superarlos, pero también te entristecen en su mayor parte.

Además, cuando escucho la palabra "hada", recuerdo inmediatamente a mi prima Hannah, ya que todas sus fiestas de cumpleaños consisten en hacer una fiesta de disfraces con la familia. Entonces, cuando cumplió 2 años, la temática de la fiesta de disfraces era "personajes Disney", por lo que decidió disfrazarse de Campanilla, hada y fiel compañera de Peter Pan. Al recordarla, me pongo muy contenta porque es una niña que siempre desprende alegría, pero una alegría que es contagiosa y hace que yo también esté feliz, con una sonrisa de oreja a oreja, independientemente de haber tenido un mal día.

Y, al recordar a Campanilla, siempre me acuerdo de cuando, en un viaje en bus a Algeciras con mi equipo de balonmano, vimos todas juntas la película de Peter Pan; y a pesar de que teníamos 13-14 años, disfrutamos el momento con la misma alegría que teníamos cuando éramos niñas pequeñas: empezamos a dar palmas al ritmo de la música de la película y, con los ojos llenos de lágrimas, nos fuimos levantando de una en una, cantando: "Yo creo, sí creo... ¡yo creo en las hadas!". Fue un momento precioso que nunca olvidaré.



https://www.google.es/search?q=campanilla&espv=2&biw=1680&bih=905
&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ei=GGVCVeqsIIzjU_
-ZgMgD&ved=0CAYQ_AUoAQ#imgrc=E_ewvNlAf6AEqM%253A%3B-SmLDQQh2RquHM%3Bhttps%253A%252F%252Fexprimetuuva.files.wordpress.com
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Finalmente, quiero decir que yo siempre tengo una figurita de un hada en mi habitación para que me dé suerte. Además, me parece un recuerdo muy bonito porque me lo trajo de Brujas una chica que antes era mi amiga, pero con la que ahora he perdido el contacto.




Fdo: Andrea Sobrino Verde

miércoles, 29 de abril de 2015

Introducción a la expresión plástica en la etapa infantil

     
                          


       "Junto con la expresión musical y corporal, la expresión plástica fomenta el desarrollo de la comunicación no verbal mediante el respeto de las capacidades creativas de los niños y niñas huyendo de los modelos estandarizados.
         La expresión plástica contribuye al desarrollo de la autonomía del niño y de la niña desde el momento en que comprueban su capacidad para realizar producciones y la satisfacción que encuentran en ello, sin prestar atención a materiales o técnicas, sólo al resultado obtenido" (Gómez, A. Mª., 2010).

                                                        

 ¿Cómo podemos influir nosotras, como futuras profesoras, en la expresión plástica de los más pequeños?

  1. En primer lugar, debemos proporcionar al alumnado materiales polivalentes y variados, permitiendo así, libre experimentación con ellos, observación, adquisición de la seguridad en sí mismo... siempre y cuando fomentemos actitudes positivas, de respeto, aceptación e interés.
  2. Las actividades plásticas permiten a los niños y niñas desarrollar su imaginación y su creatividad. En Educación Infantil, uno de los principios metodológicos fundamentales, es la individualización. Tenemos que evitar imponer a cada niño el mismo ritmo de trabajo.
  3. Como educadoras, una de nuestras funciones es valorar y respetar las capacidades motrices y emocionales que ejecuta cada niño en sus obras plásticas. 
  4. Y, por último, tenemos que mostrarles las normas básicas para una correcta utilización del material, es decir, su limpieza y cuidado, así como hábitos de limpieza y orden general del espacio dónde han desarrollado la actividad plástica.



                                                               


Referencias
Gómez, A. Mª. (2010). Expresión y comunicación. Bloques 2 y 3. Andalucía, España: Innovación y Cualificación, S.L.

https://maricarmenarj.wordpress.com/2014/02/03/expresion-plastica-en-la-infancia-2/
http://creaconlaura.blogspot.com.es/2009_05_17_archive.html
http://proyectopedagogicoarte.bligoo.com/la-expresion-plastica-actividad-ludica-en-los-ninos-pequenos#.VUEm0iHtlHw




                                           Realizado por: Raquel Jiménez Palomino

La reivindicación de mi niña interior

El jueves, 16 de abril, no pude ir a clase de Fundamentos de la educación artística, plástica y visual porque me coincidía el horario con otra asignatura (sí, está todo muy bien organizado…véase mi ironía) de la cual tenía examen ese día. Aun así, la tarea que estaba propuesta para ese día era especialmente bonita como para dejarla pasar sin más.

La actividad consistía en llevar una foto de nosotras de pequeñas, tenerla cerca durante la semana y ese día coser en una tela una frase que le dedicaríamos a nuestra niña interior. Me encanta el tema de “nuestra niña interior” porque esa niña interior es tan real y tan bonita dentro de cada una que me siento hasta mal cuando me doy cuenta de que está muy olvidada muchas veces. Yo tengo muchísima conexión con mi niña interior, tiene mucha fuerza y toma posesión de mi cuerpo muy a menudo: con mis pataletas, con mis llantos por cosas tontas, con mis caprichos, mi necesidad de mimos muy frecuentemente, etc.

Yo creo que en parte la dejo salir, dejo que tome el aire de vez en cuando, porque la quiero mucho y creo que la castigo bastante a menudo. Y eso, no es justo. La quiero porque si no fuera por ella quizá no podría ir por la vida con una sonrisa después de muchos palos, porque sin ella a lo mejor viviría amargada, porque si no fuera por ella pensaría mal de todo el mundo y desconfiaría aún más. La quiero porque me ayuda a ver el lado bonito de la vida y a llevar un poco mejor el peso lado malo de las cosas que pasan.


No he tenido tiempo para coser la frase en la tela pero si me ha apetecido reflejarlo aquí y compartir mi fotito con vosotros. La frase que me gustaría haber podido coser y que le diría a mi niña pequeña sería la siguiente: “No dejes que el mundo te borre la sonrisa”. Y por otro lado, le recordaría a mi peque-yo interior que siempre la voy a defender y a cuidar, y que aunque parezca que a veces la reprimo, la quiero muchísimo.




Imagen: Alba Gutiérrez Cortés


"Todos (insisto, todos) tenemos algo dentro que nos gustaría no perder nunca, aunque se corrompa un poco con el paso del tiempo. Para mí, la melancolía es como un domingo de verano en la infancia. Para otros, supongo, será como un lunes de invierno en la edad adulta."

Ana Basave 

Mmm... ¡¡Mandala de chocolate!!



             Bueno, bueno, bueno... después de la agradable acogida que tuvieron los mandalas hechos con los elementos de la naturaleza, a Pilar, nuestra profesora, se le ocurrió la "dulcísima" idea de realizar nuevos mandalas, pero esta vez los protagonistas no serían hojas, flores o palos, no, no, no, sino materiales muy, muy dulces: sirope de chocolate y tortitas de anís.

          Esto de hacer mandalas es una de las manualidades que más me gustan, me relajan y me invitan a pensar. Cuando creo mi propio mandala no lo tengo en la mente, es decir, no sigo ningún modelo o boceto ya seleccionado, sino que se hace solo. Es la mano la que toma las riendas y yo solo la sigo. Así que, por esto mismo, no me veo capaz de psicoanalizarme.

              A continuación os expongo mis dos mandalas:

Ingredientes para la realización:
  •        Tortitas de anís.
  •        Sirope de chocolate.
  •        Pincel fino.
  •        Una buena dosis de cariño.


              El primer mandala, consta de una variedad de figuras geométricas, tales como: círculos, triángulos, rombos, etc. En el interior se puede diferenciar una especie de flor de cinco pétalos, en los cuales dibujé una espiral en cada uno. Y, la verdad no sé qué más aportar, por que según lo hacía, me decía: "ah, pues mira, así me gusta" o "queda bien".
                            
    Y este es el proceso:
    



                 Para el segundo mandala, pues igual que el anterior en cierta forma, pero la figura que más utilicé fue el círculo. Son cinco círculos, en los cuales a cada uno les hice dibujos diferentes: por ejemplo, hay uno que me recuerda a un huevo de Pascua; otro a una diana; el del centro puedo asociarlo con el viento (será por la espiral); y los otros dos, me recuerdan a los huevos de dragón que salen en series o en películas.
                Este se diferencia con el otro, en mi opinión, en que lo veo más como un collage dentro de un mandala, que como un mandala en sí. Por ejemplo, las figuritas, que aparecen debajo, cada una tiene su significado: un corazón, porque sentir amor, por alguien o por algo, es vital, y hay muchísimas formas de demostrarlo; la flecha, porque es mi signo en el zoodiaco (Sagitario), y las otras dos, (aunque no se aprecian muy bien) son símbolos griegos (que si no recuerdo mal, tenían que ver con la vida o la eternidad).

              La verdad es que, al contrario que mis compañeras, no usé ningún color, supongo que porque no tenía un buen día y estaba un poco "depre". Pero aún así, me siento muy orgullosa del resultado de ambos mandalas.


martes, 21 de abril de 2015

A COSER!!!!

La semana pasada estuvimos cosiendo en clase. Esta actividad la propuso Pilar en la clase anterior y teníamos que llevar hilos de varios colores, un trozo de tela, una fotografía nuestra de cuando éramos pequeñas y una frase sobre la niña que tenemos dentro.

Esta actividad me gusto mucho ya que me gusta y disfruto haciendo cosas relacionadas con la costura, como por ejemplo haciendo punto, como ya he dicho en otras entradas.

Cuando empezamos a hacer la actividad tuve que ayudar a una compañera, Ruki, ya que ella nunca había cosido y yo la estaba diciendo como lo tenía que hacer. Me lo pase muy bien y encima nos puso otra compañera música y estuvimos cantando mientras cosíamos.

Lo primero que hice para hacer esta actividad es poner la frase en la tela para guiarme y a continuación empecé a coser. Termine de coser la frase pero cuando llegue a mi casa no me gustaba mucho y la cambie, cambiando también la tela.


Aquí os dejo algunas fotos cosiendo en el aula.




La frase que he puesto ahora es "vive la vida" y una carita feliz.  Puse esta frase porque me acuerdo mucho de una persona muy especial para mí que ha disfrutado cada minuto de la vida y a la cual la quiero muchísimo. Lo que deberíamos hacer todos es aprovechar y disfrutar cada minuto. La carita feliz la puse porque estoy todo el rato en el WhatsApp poniéndola y también porque me gusta mucho sonreír :).


Os dejo otra imagen en la que sale la foto.



La foto que elegí es una de cuando era peque y justo me acababan de bañar. Me hace mucha gracia como salgo en esta foto y en otras que tengo ya que en casi todas salgo riéndome, menos en algunas que salgo llorando.


Os dejo otra foto de cuando era peque que me gusta mucho.


Pilar también nos propuso estar una semana sin prisa y la verdad que he ido a todos los sitios con prisa. Siempre que voy al gimnasio y vuelvo voy corriendo para no perder mucho el tiempo ya que luego tengo que desayunar, ducharme y estudiar. En verano iré sin prisa a los sitios pero ahora mismo estoy liada con la universidad y no puedo ir sin prisa a los sitios.

¡¡CHOCO-CHOCO LA-LA, CHOCO-CHOCO TE-TE, CHOCO-LA, CHOCO-TE, CHOCO-LA-TE!!


El pasado 9 de Abril, hicimos un taller de mandalas dulces en el aula.
 




En primer lugar, debo decir que hablé con mis compañeras del grupo para que cada una llevara los ingredientes que pudiera. Pero resulta que, a pesar de que buscamos las famosas obleas en muchos supermercados, no las encontramos; por lo que decidimos trabajar con tortas de anis, que también son redondas y fáciles de decorar.

Este mismo jueves, cuando estaba en casa (preparándome y preparando el material para ir a clase), le pregunté a mi madre que si teníamos sirope de chocolate en casa para no tener que comprarlo. Cuando abrió el armario, nos dimos cuenta de que teníamos dos botes de sirope de chocolate, uno empezado y otro sin abrir. Entonces, cogí el bote que estaba empezado y vi que había caducado hace dos meses. Al principio, pensé en tirar el bote, pero la verdad es que me daba pena porque estaba casi lleno; entonces se me ocurrió la maravillosa idea de “reciclarlo” en el mandala, ya que vi que estaba en buen estado porque no hacía mucho tiempo que había caducado. Además, yo ya sabía que no me iba a comer el mandala porque no me gustan las tortas de anis, por lo que no me importaba que el sirope estuviera pasado de fecha y sabía que era un buen momento para dar provecho a ese sirope. También cogí el bote de sirope que estaba sin empezar por si alguna de mis compañeras pensaba comerse su mandala, que pudiera hacerlo sin problema. Después, miré en otro armario de la cocina y cogí unos regalices rojos y unos conguitos porque pensé que nos podían servir para decorar los mandalas. Para la decoración, también contábamos con lacasitos y cola-cao en polvo que llevó otra compañera. Y, por último, también llevé 6 pinceles de distintos grosores que había comprado esa misma mañana.
 



Ahora es, entonces, cuando dejé fluir a mi mente y a mi mano derecha para crear mandalas dulces.

En la primera mandala, dibujé una flor con 6 pétalos y un tallo con una hojita. También dibujé una línea gordita de chocolate, simulando que era el césped en el que se encontraba la flor. Aunque, debo destacar, que la idea de hacer una flor se me ocurrió después de haber hecho un borde en zig-zag alrededor de la torta de anis. Después, para decorar los pétalos, corté trozos pequeños de regaliz y puse uno en cada pétalo. Y, finalmente, como me daba la sensación de que mi mandala estaba un poco vacío, rodé la flor con conguitos de chocolate negro y espolvoreé cola-cao por encima de éstos.


 



En la segunda mandala, empecé dibujando un borde de chocolate. Después, en el centro hice una especie de caracol, pero no me gustó, por lo que decidí rellenar toda la tortita de chocolate para borrarlo. En ese momento, pensé que no había vuelta atrás y que ya no podía hacer nada en esa mandala porque la había estropeado con tanto chocolate; pero descubrí que era un buen fondo para poder escribir mi nombre de una manera dulce. ¡¿Y qué mejor forma que hacerlo con lacasitos?! Y así lo hice…aprovechando que los lacasitos tenían distintas letras, busqué las 6 de mi nombre. Y, sin buscarlo ni quererlo, dio la casualidad que las letras de mi nombre estaban de los mismo colores, de forma alternativa (es decir, la “A” verde; la “N”naranja; la “D” verde… y así sucesivamente, hasta formar ANDRE). Sin embargo, cuando fui a coger la última “A”, me di cuenta de que ya no quedaban porque mis compañeras también las habían utilizado para escribir su nombre. Al principio, dudaba en si dejarlo con ANDRE, o quitar todas las letras; pero en la bolsa de lacasitos, vi que había uno que tenía el símbolo “@”, así que, decidí utilizarlo. Es cierto que no era la letra de mi nombre y que el lacasito era amarillo, rompiendo la alternancia de colores de mi nombre; pero la verdad es que me gustó porque me llevó a pensar que nada es perfecto y que así quedaba de una forma más personal y original, entonces, dejé mi nombre escrito en el centro de la tortita. Después, espolvoreé cola-cao en el borde de la tortita y puse encima unos trozos de regaliz para decorarlo. Debajo de mi nombre, hice un corazón con trocitos de regaliz rojo. Al ver mi mandala así, pensé que ya estaba terminada; pero cuando la miraba, no me terminaba de llenar del todo porque la parte de arriba estaba muy vacía y quería ponerle algo de color, pero no tenía nada. Y entonces, justo miré la mesa de mis compañeras y vi que tenían un bote de bolitas de colores y les dije que si me lo prestaban, así que, eché unas poquitas en la parte de arriba de mi mandala.



 


Mi intención era hacer dos mandalas, pero como llegó el descanso y yo sentía que me estaba gustando el taller y que era divertido, decidí hacer un último mandala. Lo hice de forma rápida, dejándome llevar por mi mano y el pincel que sujetaba. Empecé haciendo un borde de chocolate alrededor de la tortita y una espiral en el centro, ya que la anterior la tuve que “borrar”. Y, sin buscarlo, dibujé una especie de Sol. Al final, hice unos puntos de chocolate en rayo y rayo y puse un lacasito, alternando los colores, al final de cada rayo.

 
 
 
Por último, Noelia tuvo la maravillosa idea de construir un gran mandala juntando todos los nuestros. Y así lo hicimos:

 


Sinceramente, disfruté mucho haciendo esta actividad porque recordé los momentos en los que yo hago tortitas con mis primas pequeñas y las decoramos con sirope de chocolate, manchándonos las manos con chocolate y la nariz con un poquito de nata. Pienso que el taller de mandalas dulces es una muy buena actividad para hacer con los niños pequeños, ya que pueden trabajar con total creatividad e imaginación.
Aquí os dejo unas fotos mías con mis mandalas dulces :)


 
 
Y para terminar, seleccione las mandalas que más me habían gustado, y formé una flor con ellas, recordando a mis amigas "Las florecillas" ,  a quienes les había contado que iba a hacer mandalas dulces y les iba pasando fotos del proceso durante el taller. Aquí os dejo una foto que yo edité, añadiendo unas flores, una tableta de chocolate y un caramelo.
 
¡¡¡¡ENCHOCOLATÍZATE!!!!
 
Fdo: Andrea Sobrino Verde

domingo, 19 de abril de 2015

Caritas felices :)

Este fin de semana he reflexionado sobre las emociones, un tema que hablamos en el aula. He reflexionado sobre este tema, ya que cuando estoy nerviosa expreso más mis emociones, y ahora mismo lo estoy por los trabajos que tenemos que terminar y por estudiar para los exámenes.   

Las emociones son un estado afectivo que experimentamos y que nos ayuda a reaccionar con rapidez ante acontecimientos inesperados. Cada emoción prepara al cuerpo para un clase distinta de respuesta, por ejemplo, el miedo provoca un aumento del latido cardiaco que hace que llegue más sangre a los músculos favoreciendo la respuesta de huida.

Cada persona experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, su aprendizaje y de la situación en la que se encuentre. Unas se aprenden por experiencia directa, como el miedo o la ira, pero la mayoría de las veces se aprende por observación de las personas de nuestro entorno, de ahí la importancia de los padres y los profesores como modelo ante sus hijos y alumnos.

Las emociones se clasifican en positivas y negativas en función de su contribución al bienestar o al malestar pero todas ellas cumplen funciones importantes para la vida.

Hay 6 categorías básicas de emociones.

1. Miedo: nos anticipa de una amenaza o peligro, produciendo ansiedad, incertidumbre e inseguridad. Es necesario para apartarnos de un peligro y actuar con precaución. 


https://www.google.es/search?q=emociones+en+los+ni%C3%B1os&es_sm=122&biw=1920&bih=911&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=4Y4yVab5Es_daLrYgNgK&sqi=2&ved=0CCAQsAQ#tbm=isch&q=bebe+enfadado&imgrc=8IJC1HDFfei-eM%253A%3BoqKcsRLKRmFruM%3Bhttp%253A%252F%252Fwww.imagenesdebebes.com%252Fi%252FBebe-con-gran-enfado.jpg%3Bhttp%253A%252F%252Fwww.imagenesdebebes.com%252Fsobre%252FBebes%252520enfadados%3B490%3B368

2. Sorpresa: surge ante algo inesperado o una respuesta a un descubrimiento. 



3. Aversión: es el asco hacia aquello que tenemos delante.


https://www.google.es/search?q=emociones+en+los+ni%C3%B1os&es_sm=122&biw=1920&bih=911&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=4Y4yVab5Es_daLrYgNgK&sqi=2&ved=0CCAQsAQ#tbm=isch&tbs=rimg%3ACRaPiMJ1F9bPIjhUSd8fspmhYfgiJpd8TbAcmGhf51G8_1yBOCY6lgvJvV2hMy4VL_1Z_1BJ6h45TN3vuIQ8TuKrt7P5SoSCVRJ3x-ymaFhEbdkcxAQRSKdKhIJ-CIml3xNsBwRiXFKBjap_1GcqEgmYaF_1nUbz_1IBHvgrzPg-MTTCoSCU4JjqWC8m9XEdlR9W6sNX9dKhIJaEzLhUv9n8ERzqPy8wznz-IqEgknqHjlM3e-4hEyWjo5IcOelCoSCRDxO4qu3s_1lEWc7lDaAx6gv&q=bebe%20con%20cara%20de%20asco&imgrc=7kFh5ImCGkEdZM%253A%3BQW_kF2-ao_doFM%3Bhttp%253A%252F%252F4.bp.blogspot.com%252F-TpU9gyXcz7c%252FURVKC5WtYgI%252FAAAAAAAAM4s%252FSSr1qgrQW_c%252Fs400%252Fcabreo.jpg%3Bhttp%253A%252F%252Fcosasmias-cosesmeues.blogspot.com%252F2013%252F02%252Fcabreo-monumental.html%3B254%3B320

4. Ira: enfado cuando las cosas no salen como queremos o nos sentimos amenazados por algo o alguien.


https://www.google.es/search?q=emociones+en+los+ni%C3%B1os&es_sm=122&biw=1920&bih=911&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=4Y4yVab5Es_daLrYgNgK&sqi=2&ved=0CCAQsAQ#tbm=isch&q=bebe+enfadado&imgrc=Yq1AYrlZSI_SGM%253A%3BjmRyUWMA6bZ3gM%3Bhttp%253A%252F%252Flacosecha.com.co%252Fwp-content%252Fuploads%252F2013%252F06%252Fbebe-enfadado.jpg%3Bhttp%253A%252F%252Fwww.mundodvd.com%252Fjurassic-world-colin-trevorrow-2015-a-1970%252F99%252F%3B550%3B680

5. Alegría: sensación de bienestar y de seguridad que sentimos cuando conseguimos algún deseo o vemos cumplida alguna ilusión.


https://www.google.es/search?q=emociones+en+los+ni%C3%B1os&es_sm=122&biw=1920&bih=911&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=4Y4yVab5Es_daLrYgNgK&sqi=2&ved=0CCAQsAQ#tbm=isch&q=bebe+alegres&imgrc=Y2fYlWN7GX3A9M%253A%3Bj_Y9i6kuCKcS9M%3Bhttp%253A%252F%252Fi.bssl.es%252Funomasenlafamilia%252F2014%252F11%252Fpoema-cancion-del-ni%2525C3%2525B1o-alegre.jpg%3Bhttp%253A%252F%252Fwww.unomasenlafamilia.com%252Fpoema-cancion-nino-alegre.html%3B640%3B426

6. Tristeza: pena ante la pérdida de algo importante o cuando nos han decepcionado.


https://www.google.es/search?q=emociones+en+los+ni%C3%B1os&es_sm=122&biw=1920&bih=911&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=4Y4yVab5Es_daLrYgNgK&sqi=2&ved=0CCAQsAQ#tbm=isch&q=bebe+enfadado&imgrc=aBkm3EEEQd1PHM%253A%3BTXXFwCc1veETYM%3Bhttp%253A%252F%252Fimg.desmotivaciones.es%252F201103%252Fquemeestasdiciendo.jpg%3Bhttp%253A%252F%252Fdesmotivaciones.es%252Fcarteles%252Fenfadado%252Frecientes%252F40%3B650%3B652


Expresar las emociones, hablar de cómo nos sentimos nos ayuda a pensar y actuar de la manera más adecuada. Si compartimos nuestras emociones, sean las que sean, nos sentiremos mejor y encontraremos ayuda en los demás.

Para mí es muy importante compartir las emociones, tanto las buenas como las malas. Las primeras para compartir con cualquiera mi alegría, y las segundas para desahogarme, ya que es como si me liberase de algo que tengo dentro y lo tengo que sacar sí o sí. Por ejemplo, cuando estoy muy contenta por algo que me ha sucedido, necesito contárselo a mi madre, mi novio o mis amigos para poder tranquilizarme un poco y seguir haciendo cualquier actividad. Para tranquilizarme lo que también suelo hacer es escuchar música o hacer punto, ya que son dos actividades que me gustan mucho y a la vez me relajan.

Aquí os dejo una foto del vestido y del bolso que la hice a mi Barbie.


Para terminar me gustaría comentaros que podemos trabajar las emociones con los niños mediante cuentos, como son los cuentos de educación emocional de Algaida. En estos cuentos se narran historias en las que el protagonista vive una experiencia que es importante para él y que debe aprender a afrontarla con la ayuda de un adulto. 


¡UN NUEVO DESCUBRIMIENTO!

Hoy voy a escribir para contaros lo que hicimos en la ultima clase de plástica. Como nos había dicho Pilar la clase anterior, íbamos a coser en una tela, una frase especial para nosotras, y teníamos que llevar el material necesario y una foto de nosotras cuando éramos pequeñas.




Cuando comenzamos el taller, me encontraba un poco desorientada, pues bien, creo que era la primera vez que iba a coser, y no sabía bien cómo hacerlo. El día anterior le había preguntado a mi madre para que me explicase como lo tenia que hacer, pero aun así me tuvo que guiar un poco mi compañera Laura.
La frase que yo elegí: "La vida es un regalo". Decidí escoger esta frase, pues me gustaba y se la había visto a mi madre es su estado de WhatsApp, y pocos días antes habíamos estado comentándola. Otro motivo que me impulsó a elegir esa frase, fue cuando mi madre me dio la tela, era una tela preciosa, con un bordado en una esquina, y al ocurrírseme esa frase, pensé en que luego se lo podría regalar a mi madre, ya que la foto que había elegido era de mi hermana y yo de pequeñas, y reflejaba perfectamente el  principal motivo por el cual mi madre piensa que la vida es un regalo, ya que para ella su regalo hemos sido nosotras, mi hermana y yo. 
Cuando ya tenía todas esas ideas en la cabeza, me puse a coser la frase, se me pasó volando la clase y no tenia apenas una palabra entera cuando terminó la clase. Me di cuenta de que era un poco lenta y que la falta de experiencia se notaba, ya que se me enredaba todo el rato el hilo, y menos mal que estaba Laura para ayudarme, porque yo tengo muy poca paciencia para esas cosas.



Primeros pasos
 
 
Cuando llegue a casa... SORPRESA.. continué cosiendo mi frase, parece ser que, eso que nunca había hecho y que no me atraía para nada, me acabó gustando, e incluso se lo conté a mis amigas. Cuando llego mi madre a casa, corriendo le enseñe "mi pequeña obra de arte", la gustó mucho, y me dio " el visto bueno". Hoy, domingo, una vez terminada la frase, se me ocurrido al final de la tela, poner la fecha: abril 2015, ya que así sabré que año hice mi primera costura sin ayuda de nadie.
Otra cosa que quiero destacar, es que soy una persona que me gusta compartir lo que hago con mi familia, y así hice con esto. Cuando hablé con mis dos abuelas, las conté que estaba cosiendo para un trabajo de la universidad, ambas se quedaron sorprendidas y se alegraron mucho, me preguntaban qué tipo de costura estaba haciendo y me daban sus consejos. Les hizo tanta ilusión, que todos los días me preguntaban, ¿Qué tal vas con tu labor?.

Los últimos pasos

 La vida es un regalo

El resultado final, listo para enmarcarlo y poder regalárselo a mi madre.



Esta actividad me ha resultado muy interesante, ya que nunca pensé que llegaría a coser, es más siempre comentaba con las amigas, "yo, cuando mis hijos se hagan rotos en los pantalones, se lo tendré que dar a mi madre porque yo no se coser", y sin intención de aprender, y sin embargo, todo es probar las cosas, ya que  me ha gustado, y aunque lo que he hecho es simple, poco a poco aprenderé a hacer cosas más complejas.
Por último, quiero aclarar el nombre del título, he elegido ese nombre, porque para mí coser, ha sido un descubrimiento.

sábado, 18 de abril de 2015

Choco-Mandala-Terapia.

Choco-Mandala-Terapia.
Suena bien, ¿no?

Después de la aventura de los mandalas en el Parque del Retiro, venía una aún mejor. ¿Puede haber mejor alianza que un Mandala (con toda la relajación que conlleva en sí mismo) y el chocolate? Seguro que no. Y ahí está lo que iba a ser una experiencia, como mínimo, muy dulce y divertida: UN MANDALA DE CHOCOLATE.

En grupo llevamos el 9 de abril todo lo que necesitábamos para hacer el Mandala de chocolate: lacasitos, tortitas de anís (a falta de obleas buenas son tortas, ¿no?), regaliz, siropes de chocolate, etc. Cuando entramos a la clase, las mesas estaban llenas de obleas, siropes de colores, bolitas de decorar pasteles y un millón de cosas más riquísimas que llevarse a la boca. Empezamos a hacer los mandalas y yo en mi caso, aunque no sabía muy bien por dónde empezar, bordeé la tortita con sirope, marqué claramente el centro de mi Mandala y luego lo demás llegó solo. Formas redondas, formas geométricas, colores, de todo. Mientras lo hacía me daba por pensar (quizá es una locura de las mías) que me sentía más conectada con mi Mandala cuando las formas eran redonditas, de bordes suaves y movimientos que fluían solos. Las formas geométricas me costaban más y sentía que no fluía igual, era como si fuera para mí una tarea más ardua que las demás…

Me considero una persona creativa y siempre me ha gustado pintar. No suelo pintar con pinturas, ni en lienzo, ni nada de eso, pero me gusta coger una caja de rotuladores de los que tiene todo hijo de vecino en su casa y dejar que mis manos inunden de colores el papel. Con lo que salga, sea lo que sea, siempre me parece bonito porque es mío, al fin y al cabo, la belleza es subjetiva y mi dibujo es una huella de mí que perdurará en el tiempo mientras ese papel se mantenga, ¿no? Pues si no lo quiero yo, ¡quién lo va a querer!

En definitiva, que todo el mundo empezó con sus mandalas y la clase de plástica cada vez olía mejor, más y más a chocolate y cosas ricas. Habían mandalas muy muy bonitos pero una cosa que me hizo mucha gracia es que muy poca gente (entre la que me incluyo) se lo comió. Supongo que será por lo que nos contó Pilar de que la energía que has plasmado en el Mandala vuelve a ti si te lo comes…quizá todas las que no nos comimos el Mandala tuviéramos  algo descolocado ese día por dentro y nos entró el pánico de que la cosa fuera a peor.


Fue una experiencia súper divertida, me lo pasé muy bien y creo que hicimos cosas muy bonitas todas las que estábamos allí. Os dejo aquí unas fotos de los dos mandalas que hice yo, y otra del Gran Mandala que hicimos mi grupo y yo juntando todos los mini mandalas del grupo. Espero que os guste tanto como a mí, ¡¡fue una aventura deliciosa!!

Mi Mandala (I)
(foto: Alba Gutiérrez Cortés)

Mi Mandala (II)
(foto: Alba Gutiérrez Cortés)

Mis dos Mandalas juntos
(foto: Alba Gutiérrez Cortés)

Gran Mandala de dibujARTE :)
(foto: Alba Gutiérrez Cortés)




Alba Gutiérrez Cortés

jueves, 16 de abril de 2015

Nos pasamos la vida esperando a que pase algo, y lo único que pasa es el tiempo

Hoy, 16 de abril, hemos hablado en clase de un tema muy interesante para mí. Bueno, en verdad, este tema lo tratamos en la sesión anterior cuando Pilar nos propuso que aprovecháramos y cuidáramos nuestro tiempo, tratando de ir sin prisas a los sitios y vivir de una forma más tranquila.

Personalmente, me ha gustado hablar del tiempo porque yo soy una persona que no sé como lo hago, pero siempre llego tarde. Es cierto que yo me preparo mentalmente para repartir mi tiempo y poder hacer las cosas sin prisas, pero creo que tengo que cambiar algo porque esto no funciona.
Una de las cosas que me lleva a reflexionar sobre mi impuntualidad actual es mi exacta puntualidad cuando era pequeña, ya que llegaba a los sitios con mucho tiempo de antelación y tenía que esperar, por ejemplo, a que abrieran las puertas del colegio o esperar en la fila hasta que mis amigos llegaran. Creo que esto me ha llevado a odiar la espera, por lo que apuro tanto el tiempo que al final siempre llego tarde. Esto lo he visto reflejado hoy, por ejemplo: yo sabía desde el principio que iba a llegar un poco tarde a clase porque he salido de mi casa más tarde de lo normal, por lo que no iba a poder coger el tren de siempre. Pero encima, por si eso era poco, he estado bastante tiempo parada en el tren en la estación de Sol porque algún pasajero había pulsado la alarma. Esta vez he tenido suerte porque la profesora ha estado en la misma situación que yo, pero si no, hubiera llegado cuando la clase estuviera empezada. Y, aunque no lo creáis, la verdad es que no me gusta. Es más, he estado pensando mucho sobre ello y cada vez me doy más cuenta de que es muy importante salir de casa con tiempo de sobra porque puede pasar cualquier imprevisto.

Por lo general, la gente se suele enfadar cuando llego tarde porque piensan que lo hago a propósito, pero es obvio que, como a todo el mundo, tampoco me gusta llegar tarde; sin embargo, luego por una razón u otra, al final siempre llego muchos minutos más tarde de la hora de quedada. Mis amigas o familiares me suelen decir que "encima que llego tarde, voy tan tranquila". Es verdad, tienen toda la razón porque no me agobio por llegar tarde, pero tampoco creo que sea un problema súper grave para llorar o amargarme. Por supuesto, que por dentro "me enfado" conmigo misma por llegar siempre impuntual, pero tampoco creo que eso sea un motivo para dejar de sonreír a la gente tan maravillosa que me rodea.

Por el contrario, igual que digo que siempre llego tarde, quiero destacar que a los acontecimientos importantes nunca llego tarde, sino al revés, llego muy, muy pronto (incluso una hora antes). Esto ocurre los días que tengo examen o, por ejemplo, el año pasado cuando tuve que ir a hacer la Prueba de Acceso a la Universidad (más conocida como "la temida Selectividad"). Otros acontecimientos importantes son los que tienen una hora y fecha concreta, como alguna boda, cenas navideñas o partidos de balonmano, a los que tampoco suelo llegar tarde; pero sí es cierto que salgo de casa más tarde de la hora que mis padres tenían prevista. Para estos acontecimientos, yo me reparto mi tiempo mentalmente al igual que para otro tipo de acontecimientos, pero es cierto que para éstos, es en ese momento o nunca. Sin embargo, cuando quedo con mis amigas, no siento esa presión porque si no las veo a la hora que habíamos quedado, las voy a seguir viendo aunque sea media hora más tarde.

Para terminar el tema de mi impuntualidad, quiero decir que uno de mis propósitos de todos los años es "llegar puntual a los sitios". Y no sé si será mañana, el año que viene o, incluso, dentro de 5 años, lo que sí sé es que lo conseguiré porque quien la sigue, la consigue. ¡Y yo no dejaré de intentarlo, os lo aseguro!

Por otro lado, me gustaría deciros que el tiempo es oro, así que, aprovechadlo. El tiempo está pasando constantemente y hay que disfrutar cada momento que nos da esta vida. Hay momentos buenos y malos, claro está, pero no hay que desaprovechar ni un segundo. Así que, a partir de ahora voy a intentar repartirme mejor el tiempo para no ir corriendo a los sitios; pero siempre disfrutando, por supuesto. Y, bueno, también quiero comentaros que, a pesar de que siempre llego tarde a los sitios, soy una chica muy responsable, organizada y perfeccionista; por lo que no me importa invertir el tiempo que haga falta en trabajos, estudios, vestirme, comer...lo que sí me importa es que todo lo que haga quede lo mejor posible para estar orgullosa de ello.
Además, haciendo de nuevo referencia a la espera, es verdad que odio la espera física (llegar pronto y tener que esperar a una persona 15 minutos, por ejemplo); pero sí creo y me gusta la espera abstracta, es decir, que las cosas a corto plazo a lo mejor no tienen tanta importancia, pero esperando un tiempo, se verá el resultado. Así que, aquí os dejo una frase que me encanta y me motiva mucho siempre que estoy baja de ánimos porque pienso que no puedo o que no voy a conseguir algo: "Nada es imposible para el que sabe esperar". Es más, este verano, cuando pinté mi habitación, decidí escribirme esta frase en la pared que está al lado de mi cama para saber desde que me levanto que puedo con todo.



Fdo: Andrea Sobrino Verde

CHOCOLANDIA.

El pasado jueves estuvimos realizando mándalas con chocolate. Cuando Pilar propuso esta actividad me quede sorprendida, ya que me parecía complicado y no se me había ocurrido esta idea. Es cierto que llamo mi atención el hecho de trabajar con chocolate, por eso creo que es una actividad interesante para realizar con niños, ya que al utilizar este tipo de materiales los niños estarán más motivados a la hora de realizar la actividad, y no solo eso, sino que también se divertirán y disfrutaran del agradable olor que produce el chocolate, lo que provocará un ambiente más alegre en la clase.

Lo que utilice para realizar mi mándala fue una torta de hojaldre, sirope de chocolate, lacasitos, conguitos, regalices y cola cao. Cuando empezó el taller de mándalas, me sentía perdida porque no sabía que pintar sobre la torta de hojaldre, por eso decidí pintar el borde de la torta con sirope de chocolate y  ver si mientras que lo hacía surgía la imaginación, pero esto no fue así. Mientras realizaba mi mándala no tenía una idea clara de lo que iba a dibujar, así que me deje llevar e hice un círculo en el medio y de ahí fui sacando líneas en espiral. Al acabar de realizar esto, me di cuenta que mi mándala tenía el dibujo de un sol y se me ocurrió hacer un círculo más grande para que no tuviera el aspecto de un sol, ya que quería conseguir algo original. Al llegar a esta última fase decidí que mi mándala estaba terminado, pero de repente lo observe con atención y pensé que al realizarlo solo con chocolate tenía un tono de color muy oscuro, por lo que se me ocurrió decorarlo  con lacasitos para darle más vida a mi mándala. Cuando acabe de colocar los lacasitos tenía la sensación de que algo le faltaba a mi mándala, así que continúe con el proceso de decoración añadiéndole conguitos. Y este fue el resultado de mí mándala:




Disfrute mucho realizando este mándala, tanto que cuando llego el momento del descanso decidí emplearlo en hacer otro. En este si tenía una idea de lo que quería dibujar, para comenzar quería dibujar dos corazones pero eche demasiado sirope y un corazón se estropeo. Así que tuve que innovar mi idea, cogí el chocolate y lo extendí por toda  mi torta y realice un corazón en el medio con conguitos. A continuación, cogí un regaliz y lo partí en tiras finas para formar el contorno del corazón y que destacara el corazón más de la superficie del fondo, ya que al tener el fondo el mismo color de los conguitos no se distinguía mucho. Para finalizar, con las tiras que me sobraron de regaliz las corte en cachitos más pequeños y ponerlas alrededor del corazón. Cuando realice este mándala me acordaba de muchas personas, las cuales son muy importante en mi vida, como mi familia. Por eso pienso, que lo que quería expresar con este mándala era el amor que tenía por esas personas, ya que todas ocupan una parte de mi corazón.