Cuando entre a
la gran aula de Educación artística aquel jueves de abril, pude observar en las
grandes y alargadas mesas cantidades de obleas, chocolate, regaliz y una gran
variedad de chucherías, era como estar en una gran feria. No solo por las
golosinas, sino también por el ambiente colorido, alegre que impregnaba el
ambiente en ese salón.
Al dirigirme a
la mesa donde estaban mis compañeras de clases, supe enseguida que el momento había
llegado. Era el día de crear un dulce mándala, un mándala en dulce. Antes de
comenzar con la creación, la profesora Pilar Pérez nos comentó varias cosas,
pero lo que evoque con total claridad,
fue cuando nos mencionó nuevamente que cuando creamos un mándala todas nuestras
energías se depositarían en él. Por eso nos sugirió que si nos apetecía podríamos
ofrecerle a nuestras compañeras un trozo de nuestro mándala. Pero de la misma
manera, menciono que si nos encontrábamos bajas de ánimos o no nos apetecía
compartirlo tampoco pasaba nada. En ese momento, en mi mente vino una escena de
una gran película “Como agua para el
chocolate” dirigida por Alonso Arau, por eso, decidí no compartirlo. Pero sí
que es cierto que me hubiese encantado hacerlo ¿No sería genial ver a una
multitud de chicas lindas reírse? Sí es lo máximo.
Bien, cuando
llego el momento de la elaboración de mi dulce mándala, no pensé en nada, nada
en concreto solo empecé a elaborarlo, pero la verdad es que en breves momentos
me detenía a mirarlo de perfil o desde otro punto, por así decirlo. No sé, era
como para captar lo que estaba expresando o que detalle le faltaba. No quería analizarlo,
es interesante la idea, pero en ese momento no quería o pretendía hacerlo. Solo
quería expresar. Descubrí para mi sorpresa que en estos instantes solo quiero
improvisar. Así mismo, sentí que ningún pensamiento rondaba por mi cabeza y es
algo muy raro, porque suelo tener ideas o miles o millones de estas revoloteando
por las callejas de mi mente.
Mi primer mándala
lo decore con chocolate líquido, con el cual hice una flor y de esta partían líneas
curvadas, en cada pétalo de la flor le coloque lacasitos de diferentes colore y lo bordee con piezas de chocolates. Cuando elabore el segundo, fue muy similar lo único que opte por hacerlo más
sencillo, solo con la flor y las líneas curvas de chocolate líquido y utilice regaliz rojo para bordearlo. En
realidad, como lo exprese una vez soy muy sencilla en la elaboración de obras.
No sabría decir el porqué, pero es así.
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