martes, 24 de marzo de 2015

Palos, arena, hojas y creatividad...¡Mandála!

La primera vez en mi vida que vi un mándala y escuche sobre este fue por mi queridísima amiga Ramani Pérez. Para ser sincera, yo desconocía completamente su existencia, su uso y el significado tan grande y mágico que cae sobre él. Yo siempre la veía con su apreciado mándala de un lado para otro, era uno de sus objetos más especiales, apreciados  y, por supuesto yo no lo entendía.

  Ya han transcurrido más de cinco años, irónicamente, hoy miércoles once de marzo de 2015 en el parque del Retiro al lado del Palacio de Cristal, bajo un sol precioso, es cuando comprendo que es un mándala y que encierra este símbolo gracias a nuestra profesora Pilar Pérez, de educación artística. 

 Ahora, bien, ¿Qué es un mándala?  


“Es básicamente un círculo, es la forma perfecta, y por ello nos representa el símbolo del cosmos y de la eternidad. Nos representa la creación, el mundo, el dios, el ser humano, la vida. Podríamos decir que todo en nuestra vida posee las formas del círculo. Desde el universo (el sol, la luna, los planetas) hasta el esquema de toda nuestra naturaleza, los árboles, las flores, los átomos y hasta las células. Todos siguen una línea circular. Todo lo que nos rodea tiene la forma de círculo”.



Fig. Mándala proviene  del sánscrito, y significa Círculo Sagrado. 

Hoy la profesora Pilar Pérez, nos está contando con profundidad, pasión lo más importante - y para mí- lo más intrigante sobre este símbolo y es el hecho de que son usados por los grupos espirituales desde hace mucho tiempo atrás. Al  caminar, danzar, observar, o dibujar mándalas puede ayudar a curar  psíquica y espiritual y, nos ayuda a manifestar nuestra energía creativa y reconectarnos con nuestro ser. Psicológicamente, los mándalas representan la totalidad de nuestro ser.  Entre otras cosas, dice que los Mándalas, después de crearlos, se destruyen. Este ritual -por así decirlo- lo llevan a cabo  las culturas de oriente. Esto significa que las cosas o situaciones tienen su tiempo (comienzo y de fin)  hay que cerrar los círculos y comenzar de nuevo.

Al pensar sobre esto,  estoy totalmente de acuerdo ya que todo tiene un tiempo de vida, hay que mover fichas. Romper con el pasado y comenzar de nuevo. Pues bien, esto me lleva a decir, que cuando comencé y termine mi mándala, sentí esa sensación de destruirlo y eso hice. 
 
Como bien se sabe, un mándala puede variar en color y diseño, pero básicamente se conforma  un centro y los cuatro puntos cardinales. El mío no es nada colorido y está elaborado de palos y algunas hojas secas. En realidad, es uno de los más rudimentarios, si lo comparo con los preciosos mándalas de mis compañeras, pero eso meda igual. Lo que verdaderamente me importa es lo que sentí  cuando lo realice y fue una paz interior. Eso es lo importante, las sensaciones.

Mi mándala.


Dedicado a mi querida y siempre, Ramni Peréz Tovar. 

1 comentario:

  1. Melissa tu mandala es hermoso, cada mandala es distinto y tiene su particularidad, el tuyo se camufla, parece colarse a la tierra.
    Ahora comento una cosa a todo el grupo y es que os falta abrir una página por persona integrante en cabecera con vuestra foto, que será donde luego se cuelgue el video final. Podéis mirar otros blogs que lo tienen

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