domingo, 8 de marzo de 2015

Natural... como la vida misma

   

    Una actividad muy interesante que hemos hecho en la asignatura de plástica es transformar una muñeca cualquiera (por ejemplo una Barbie) en una chica normal. Sin cánones, sin maquillaje... al natural.

     Llegados a este punto, me pregunto ¿qué es la belleza en una persona? Cualquiera podría responder que es el atractivo físico, es decir la belleza exterior. Pero no es sólo esto lo que hace realmente bella a una persona, sino su interior, es decir, su encanto, su personalidad, su simpatía, su inteligencia...

     Pero vivimos en una sociedad en que lo único que importa es la belleza exterior. De hecho, parece que no nos cansamos de verlo todos los días en la televisión, en las revistas de moda, en Internet... 

     El cánon de belleza en la mujer, según dicen, está en 90 - 60 - 90, pero a veces las modelos ni si quiera llegan a estas marcas, de hecho, parecen puros esqueletos. Es muy triste, que por culpa de esta sociedad, cada vez haya más chicas jóvenes, desde edades muy tempranas, que padecen enfermedades como la anorexia.



      Una vez realizada esta pequeña introducción, voy a hablar de mi muñeca.

    Elegí una muñeca My Scene que tenía por casa. Las My Scene son muñecas muy parecidas a la Barbie que tod@s conocemos. Pues bien, esto es: ojos muy maquillados con colores brillantes, labios carnosos de color rosa fuerte, pelo muy largo, vestidos que realzan sus curvas y botas con demasiado tacón.  


              


      Al principio no sabía ni cómo la iba a pintar, ni vestir, ni si se iba a parecer a mí...  nada. La verdad es que me ganó la improvisación y la creatividad y las dejé fluir. Y no me arrepiento.

     Empecé borrando la cara, literalmente, con acetona. La borré los ojos y la desmaquillé los labios. Vale, parece un paso fácil, pero me costó horrores, porque cada vez que frotaba con el algodón la pintura se exparcía por toda la cara. Una vez conseguida la cara limpia de maquillaje, pensé en los materiales que podría utilizar para hacer los ojos. Yo quería unos ojos grandes, amables, alegres... porque los ojos son la ventana del alma. Y se me ocurrió usar eye liner y pinta uñas de color azul y blanco. Los labios, en cambio, no se los pinté, porque a mí tampoco me gusta mucho pintármelos. Luego hice cambios en el pelo, le hice dos trenzas a cada lado de la cara. El resultado este:






                                           
     Después le quité el vestido que traía y las botas. Y me encuentro con algo normal en una muñeca: ¡no tiene ropa interior! Cosa que me parece fatal. Este fue el segundo paso, crear una braguita y un sujetador. Pero como no tengo mucha idea de confeccionar, y menos algo tan pequeño, decidí que lo mejor era seguir pintando. Con lo cual volví a necesitar la ayuda de los pinta uñas, esta vez elegí un morado clarito, porque me gusta mucho ese color. Y, además, dibujé un piercing en el ombligo, porque es donde me lo quiero hacer.
¡Tachán!:


   


      Y, por último, y teniendo en cuenta mis grandes dotes de confección de ropa (percíbase el tono irónico), pensé, repensé y volví a repensar, qué podía hacer. No se me ocurría nada, en absoluto. Mi creatividad me abandonó.
Más tarde vi a mí madre con un trozo de tela (ex-camisa de mi padre) que iba a usar para quitar el polvo. En ese momento mi creatividad y mi imaginación se unieron creando así una falda larga y un pañuelo. Se podría decir que fue algo parecido a una de las escenas de Lo que el viento se llevó, pero en vez de con cortinas, con una de las camisas de mi padre.  
      Y este es el resultado de mi muñeca: natural... como la vida misma. ¡Tan ta ta Chan!









Se "come" los libros













                                                    
                                                 
                                        Viajando juntas por el mundo 



















Respirando aire fresco en un lugar bucólico











                                                    Raquel Jiménez Palomino

1 comentario:

  1. Buen uso ha tenido la camisa de tu padre. Las fotos de sus peripecias están muy bien

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